jueves, 15 de septiembre de 2016

12 Sao Paulo

Junio 2015

Llegada a Sao Paulo después de una breve pasada por Uberlandia con la semi-oficialización de un posible mini-mochilao (viaje con mochila)  en el nordeste brasilero, de la que por lo visto yo habia dado ciertas garantias telefónicas unos meses atrás a mi compañero de mochila Gustavo.

Roni, el mismo que conocí en Bonito, me recogió de la estación. El motivo principal de mi estancia en Sao Paulo era la necesidad de renovar el pasaporte y la intención de probarme a medir la satisfacción de los clientes de los restaurantes japoneses o mejor llamado Temakerias del cuál era propietário.

Roni, segundo gran fichaje de esta última época en Brasil, me mostró su negocio por fuera y más interesante, por dentro. Me contó con lujo de detalles como comenzó el negocio desde fase 1º vendiendo caipirinha en la playa, fase dos, organizando fiestas para niños y fase tres abriendo la primera temakeria. Suena a sueño americano verdad? Los problemas con los empleados que roban y no los puedes echar, algunas lecciones de cómo torear a los bancos, como fingir solvencia y credibilidad ante propuestas de negocio de terceros, funcionamiento de la policía, la gran lonja de Sao Paulo donde fuimos a comprar rutinariamente gran cantidad de pescado a las 3:30 a.m. y por otro lado, el barrio donde vivía, el drive trough de Sao Paulo, los edificios emblemáticos a las 7:30 a.m. ,sin haber madrugado claro.

La idea de Roni de reunirme con dos consultoras importantes con el fin de pedirle presupuesto para hacer un estudio de satisfacción del cliente en sus restaurantes, (es decir, lo que iba a hacer yo) me dió la posibilidad de confirmar que los métodos que tenia pensado emplear son similares a los que usan ellos y sobre todo me dio la confianza para seguir adelante.

Interesante fue que en su edificio en el barrio de Moema, los apartamentos eran de soltero/a y la gran mayoria de los que allí vivian eran personas no corrientes. Un ejemplo claro de ello y aprovecho para contar la anéctota fue cuando durante un fin de semana Roni tuvo que marchar a Rio de J. y una llamada de teléfono me interrumpió cuando estaba con mi PC maquinando la estrategia para medir el customer satisfaction en lo restaurantes. Y resultó ser el gordinho organizador de un programa de televisión medio famosete en Brasil de no heterosexual con el que nos habíamos fumado un cigarillo aliñado hacía unas semanas,
-Que haces gringo?
-Aquí con el ordenador trabajando
-Por Dios gringo es viernes vente a mi apartamento a fumar un cigarrito.
Y yo pensé,  "Y porqué no?" Que daño puede hacer un cigariño aliñado un viernes night al fin y al cabo.

El, "y porqué no?" fue tal,  que acabé, vestido con ropajes de talla inferior a la recomendada por fabricantes, maquillado y peinadete, (él insistia que eran tansolo unos detalles), en una disco de público "variado".  Fue una experiencia intensa, Mi negativa a la negativa es tal que cuando me dijo "vamos a por el cigarrete de las buenas noches" una vez más no supe decir que no y lo acompañé a su apartamento. Después de unos minutos y ante un espectáculo para el que no estaba preparado, decidí que finalmente había llegado el momento de mi retirada.

Cabe destacar el rostro del portero del edificio al verme nuevamente con Roni (dueño del piso) saliendo del edificio con actitud varonil y ropa normal.

Ciertos dias a la semana le dejaba descansar de mi al por Roni, y me retiraba a los aposentos de mi queridísima Andresinha, antigua amiga de Uberlandia, que había decidido emprender su carrera de actriz en Sao Paulo. Muy entregada, normalmente no podía cometer excesos ya que solía tener que madrugar los findesemanas para alguna actuación. Y en una de esas fue donde conocí al tercer y último gran fichaje de esta última época en Brasil, Eduardo, que compartía piso con Andresinha.   Joven coorporativista de agudo humor retórico, no gran amante de las mujeres, combina una vida de excesos y trabajo duro en un cargo digamos que alto en una empresa de aviación grande.
Desemboca su frustración de no ser actor practicante, (pese a haber realizado los estudios igual que Andresinha), en generar las confusiones más absurdas, principalmente en grupos.
Con él vi de cerca el gran mercado y la velocidad de encuentro entre el mundo "no amante de las mujeres" apoyado por la tecnologia de las aplicaciones del movil. Entre Eduardo y Andresinha me mostraron las profundidades de la plaza Roosvelt de Sao Paulo donde me sentí extrañamente identificado ya sea por el ambiente artístico que a veces se respira o por la gratuitidad del lugar. Una vez más, no conseguí brillar con la guitarra en momento alguno.

Muy agradecido a Roni, Eduardo y Andresinha por cómo hicieron pasar mi estancia en Sao Paulo.

Gustavo había insistido en mi supuesta promesa de ir a visitar el nordeste brasilero, y su presión fue tal que compró dos billetes, (con puntos de la tarjeta de su madre) destino Fortaleza, es decir, el nordeste de Brasil a tomar por culo. En una ciudad cercana Joao Pessoa (a 10 horas en bus) residia nuestro amigo Bargosinha, estudiante de Master en Economía, también compañero de Uberlandia. Y habiendo comprado Gustavo el vuelo pensé, pues ya está, hago un viajecito remember del mochilao de 10 dias con mi amigo  sabiendo que tenemos experiencia en reducir costes y después me pruebo en Joao Pessoa ofreciendo el estudio de mercado a clientes de restaurantes. Habiendolo echo en Sao Paulo, ¿quién se va a negar?

El vuelo, no modificable, era dentro de una semana y el pasaporte podia venir dentro de una semana o de dos.   Los holandeses se dieron prisa, mi pasaporte llegó a tiempo, y después del empate tecnico al billard con Roni, con sabor a despedida, me encontré la mañana siguiente con mi compañero Gustavo en el aeropuerto, con su herramienta de viaje El Cavaquinho, y esta vez con el mio también, la guitarra. Rumbo nordeste.